Estudiantes tomarán el escenario del Conservatorio Nacional de Música en concierto que ofrecerá la Cátedra Ricardo Castro

• Este 28 de noviembre, a las 18:00 horas, en el Auditorio Silvestre Revueltas, interpretarán a Chopin, Debussy y Ponce, así como a Medtner

“Verán a jóvenes pianistas tomar el escenario y hacerlo vibrar”, adelantó el pianista Manuel González sobre el último concierto que ofrecerán los alumnos que este año participaron en la Cátedra de Perfeccionamiento Pianístico Ricardo Castro, el cual se llevará a cabo el martes 28 de noviembre, a las 18:00 horas, en el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música (CNM), con entrada libre.

El intérprete, quien fue tutor de la cátedra junto con Rodolfo Ritter y Silvia Navarrete, detalló que este año se obtuvo un balance positivo del curso: Tuvimos la fortuna de recibir en la cátedra al maestro Adolfo Ritter y de trabajar con nueve talentos menores de 21 años.

“Este concierto, en cierta forma, será el más importante y lo presentará el primer elenco. Ya dimos dos conciertos de final de ciclo, y les fue muy bien. Sólo por mencionar, el concierto que ofreció el segundo elenco en la Pedagógica Nacional fue muy estable y emocionante, realmente estoy sorprendido de sus resultados”.

Sobre el concierto del próximo martes, adelantó que está conformado por obras que se ha trabajado en las sesiones, y abarca a compositores importantes para el repertorio pianístico, tanto mexicanos como extranjeros.

“En el concierto escucharán maravillas, porque ofrecerán una paleta amplia de estilos”, desde el romanticismo de Manuel M. Ponce, con el Intermezzo núm. 1; pasando por el Nocturno en Do sostenido menor Op. Posth, de Frédéric Chopin; el Arabesque núm. 1, de Claude Debussy y, de la escuela rusa, el Estudio en Do menor Alta antica, de Nikolai Medtner, el cual será interpretado por Cristóbal Peniche, “un jovencito de 14 años con gran talento”, describió.

 En un segundo momento se verá el clasismo con Ludwig van Beethoven con la Sonata núm. 17 en re menor Op. 31, núm. 2, Tempestad, y una obra de Ricardo Castro, Nostalgie Op. 44, que será interpretado por César Hernández de la Facultad de Música de la UNAM.

Se tocarán obras importantes del repertorio pianístico con Sergei Rajmáninov, Étude-Tableau Op. 33 en re menor y el gran monumento que es la Barcarola Op. 60 de Frédéric Chopin, por Diana Robles, “un gran talento del CND, con quien es un gusto trabajar”.

Asimismo, se realizará una obra a cuatro manos, las Seis Piezas Op. 11 para cuatro manos de Serguéi Rajmáninov, que será interpretada por Abril Alvarado y Ana Sofía Vidales, estudiantes del CNM y de la Escuela Superior de Música, y el concierto cerrará con la participación de Aranza Elsa Ortega, “una de las alumnas del CNM más destacadas de su generación”, quien interpretará la Sonata núm. 23 en Fa menor Op. 57 Appassionata, de Ludwig van Beethoven y el Estudio de ejecución trascendental núm. 8 Wilde Jagd, de Franz Liszt.

“Es un repertorio que se hizo para balancear los estilos dentro del programa, con el fin de que el público no solo pueda ver el trabajo de estos jóvenes, sino para que disfrute el concierto.

“Tenemos la certeza de que será un gran concierto, donde los jovencitos van a dejar todo en el escenario, mostrarán arrobo y tomarán riesgos, porque el artista no solo tiene que cuidar la técnica, sino que, en el escenario, es totalmente vulnerable y frágil, pues hay cosas que no se pueden controlar. Finalmente, en el escenario queremos alguien que nos haga llorar, que nos haga sentir, no queremos máquinas”.

Recordó que la Cátedra Ricardo Castro fue creada en el 2017 como un proyecto que atiende a una población de jóvenes pianistas, entre los 7 y 22 años, muy destacados y que han creado una trayectoria importante, donde están bajo la guía de diferentes pianistas con trayectorias destacadas:

“Para ellos es todo un reto, porque son sesiones intensivas con tres pianistas de reconocido prestigio. Es como darles una intravenosa de información y correcciones, con diferentes opiniones interpretativas, porque es una atención muy aguda la que damos a los jovencitos durante las clases, lo cual es una parte de la formación. Pero la otra, es que se están preparando para dar conciertos, para el escenario, donde el artista se curte”.

Agregó que desde la creación de este curso de excelencia se han visto “resultados muy positivos, pues varios de los jóvenes que pasaron por la Cátedra están extendiendo sus estudios en diferentes partes de Europa y el mundo. Es decir, el Conservatorio está demostrando la capacidad que tiene México para ofrecer preparación de alto rendimiento, porque en el país hay talento”, dijo y recordó que “afortunadamente somos un pueblo que gusta de la música de forma natural. El tema es poder conducir a esos jóvenes desde el inicio de su carrera”.

Por lo anterior, recordó que la educación musical se debe iniciar desde joven: “Esto es desde los cinco años, porque es una carrera que se empieza desde muy joven como el ballet, con mínimo tres horas. El maestro no puede descuidar a un niño de esa edad (entre los 5 y 8 años), porque se crean vicios.

“Es un trabajo de cirugía mayor, hay que vigilar postura, posición, educar el oído, el intelecto, porque hay que enseñar al alumno, de inicio, a poder escuchar y respetar la partitura”, y destacó la importancia de trabajar con la interpretación, así como la forma en que se proyecta el sonido y de la emocionalidad.