ARTES VISUALES

La Casa Estudio Luis Barragán, símbolo del compromiso con el Patrimonio Artístico de México

Boletín No. 1036 - 04 de julio de 2024
  • El Inbal y el Gobierno de Jalisco festejan el 20 aniversario de la inscripción como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco de la casa que habitó uno de los más importantes arquitectos del país
  • Se le considerada una obra maestra de la arquitectura modernista del siglo XX que Barragán aportó al mundo

Fue una mañana emotiva donde la comunidad del ámbito de la arquitectura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) celebraron el 20 aniversario de la inscripción de la Casa Estudio Luis Barragán en la Lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, con una mesa de reflexión sobre el legado de uno de los arquitectos más importantes del país y quien con su obra sigue enalteciendo el Patrimonio Artístico de México a nivel mundial.

El Inbal y la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble (Dacpai), en colaboración con el Gobierno de Jalisco, a través de la Secretaría de Cultura local y la dirección de la Casa Estudio Luis Barragán,  llevaron  a cabo este festejo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en el que estuvieron presentes la subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble, Dolores Martínez Orralde; la directora de Patrimonio Mundial del INAH, Luz de Lourdes Herbert Pesquera; el representante Unesco en México, Andrés Morales; la secretaria de Cultura del Estado de Jalisco, Lourdes Ariadna González Pérez; el presidente de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, Fernando Ituarte, y el director de la Casa Estudio Luis Barragán, Guillermo Eguiarte.

En la mesa de reflexión por el 20 aniversario de la inscripción de la Casa Estudio Luis Barragán en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, reconoció que es una gran responsabilidad que esta conmemoración en el Palacio de Bellas Artes, porque la Casa Estudio Luis Barragán es un símbolo del compromiso de México y de la humanidad con el patrimonio artístico del país y especialmente del aporte de Luis Barragán, a quien consideró no solo un gran arquitecto, sino también “un poeta de los espacios, un maestro capaz de explorar la luz y el color, y un ferviente defensor de la integración entre la arquitectura y la naturaleza”.

Nadie como él tenía la capacidad de fusionar la línea del horizonte del mar con la línea del trazo arquitectónico para poder transitar a un estado de percepción armoniosa entre la construcción de ese imaginario que es la arquitectura y la posibilidad de la sensibilidad humana en su apreciación, en su manera de habitar esos espacios, agregó la funcionaria federal, acompañada de representantes de la Unesco, de la Secretaría de Cultura de Jalisco, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, así como de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y de la Casa Luis Barragán.

Al retomar palabras de Octavio Paz sobre Barragán, la directora general del Inbal citó: “Barragán ha construido casas y edificios que nos seducen por sus proporciones nobles y por su geometría serena; no menos hermosa –y más benéfica socialmente– es su ‘arquitectura exterior’, como él llamó a las calles, muros, plazas, fuentes y jardines que ha trazado. La función social de estos conjuntos no está reñida con su finalidad espiritual”.

La función social de estos conjuntos –agregó-- es importante para los hombres y mujeres modernos que vivimos aislados y necesitamos reconstruir nuestra comunidad, rehacer los lazos que nos unen a nuestros semejantes y al mismo tiempo debemos recobrar el viejo arte de saber quedarnos solos, el arte del recogimiento.

Al conmemorar este acto no solo honramos la memoria de Luis Barragán, sino también celebramos su visión perdurable de una arquitectura que trasciende el tiempo y sigue tocando nuestras vidas, “porque su obra nos enseña que la verdadera belleza arquitectónica no reside solo en la forma o la función, sino en la capacidad de los espacios para nutrir y elevar el espíritu humano”, comentó la titular del Inbal.

En la mesa de reflexión, los representantes de las instituciones involucradas en su designación como tal, expusieron diversos conceptos acerca de dicho inmueble.

La subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble del Inbal, Dolores Martínez, extendió una felicitación a quienes trabajaron para que esta declaratoria se llevara a cabo y a los que siguen trabajando ahora para el funcionamiento de la Casa Luis Barragán y para mantener viva la obra del arquitecto --uno de los más importantes del siglo XX y reconocido en el mundo por su obra y talento--, sobre todo por mantener vigentes su enseñanza y sus conceptos.

Recordó que Luis Barragán consideraba el ejercicio de la arquitectura como un noble oficio, como “la cooperación y gran tarea de dignificar la vida humana por los senderos de la belleza y contribuir a levantar un dique contra el oleaje de la deshumanización y la vulgaridad”.

Bajo estas mismas premisas –añadió Dolores Martínez-- cabría reflexionar cómo acercarse de diferentes maneras a la obra de Barragán para intentar entender y sensibilizarse y aprender de cada una de ellas. “El aprender en más de una visita a la casa las enseñanzas que nos deja este recorrer los muros, el color, la luz y el sereno espacio que nos recibe y nos ofrece toda una enseñanza de vida”.

“Hoy es un día para celebrar y hacer homenaje a Luis Barragán, y la Unesco quería estar presente”, expresó por su parte Andrés Morales, representante de la oficina de la Unesco en México, y recordó que nuestro país es uno de los primeros y más cercanos miembros de ese organismo internacional.

Destacó el papel toral que ha desempeñado México y sus instituciones culturales al interior del organismo y sus iniciativas culturales “han servido como fuente de experiencia para la elaboración de las convenciones de patrimonio mundial, eso es importante, porque ha contribuido así a la conceptualización de los ideales de la Unesco y en el impulso de la cooperación cultural a lo largo de estos años”. En ese sentido, subrayó que México tiene 35 sitios inscritos en la lista de Patrimonio Mundial, tres de ellos en el rubro de Patrimonio Moderno.

Al destacar que la Casa Luis Barragán se inscribió en dicha lista “por su valor universal excepcional, que tienen tal importancia cultural que trasciende fronteras y generaciones”, mencionó la última recomendación que hizo el Comité de Patrimonio Mundial al momento de la inscripción: “Se alienta al Estado miembro a considerar la posibilidad de una futura ampliación en serie del bien vinculado con otras obras de valor universal excepcional del mismo arquitecto”.

Esto –añadió-- reconoce el amplio legado del arquitecto Barragán a la arquitectura mexicana. El suyo es un legado vivo y altamente significativo y es una clave esencial para entender una manera de habitar el mundo, una habitabilidad que logró ser la síntesis de aspiraciones estéticas y funcionales que al día de hoy son plenamente vigentes.

Luego subrayó: “Motivados por un propósito prospectivo estamos convencidos de la importancia de continuar analizando las líneas que den la pauta de los esfuerzos de cooperación en favor de la investigación y la salvaguarda del patrimonio mueble e inmueble en México, al tiempo que consideró que “es necesario poder analizar el papel del patrimonio de la arquitectura moderna como forma de cooperación mundial, como partitura de la multiculturalidad y como laboratorio de ideas en beneficio de la conciliación de las naciones. La Casa Estudio de Luis Barragán y su obra cuentan con el apoyo permanente de la Unesco para seguir en los años futuros”.

En su oportunidad, Fernando Ituarte, presidente de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, dijo que celebrar este aniversario permite reflexionar acerca de la importancia y pertinencia de preservar nuestra memoria construida, promover su resguardo y compartir las emociones y consideraciones que de ella emanan.

Aseguró que la Casa Luis Barragán mantiene vivo el espíritu del arquitecto tapatío a través de su luz y penumbra, la magia de su jardín y el misterio construido en Tacubaya. Podemos afirmar que seguimos aprendiendo con la obra del más ilustre arquitecto mexicano. Y si su obra –como él mismo afirmaba— es autobiográfica, en su casa tenemos la presencia de él mismo edificada. A 20 años de su inscripción en la lista de Patrimonio Mundial quienes la visitamos podemos sentirnos tocados por su carisma e inclusive imaginar que está hoy mejor que nunca y nos compromete a seguir siendo un lugar de íntimo encuentro con la arquitectura.

Por su parte, la secretaria de Cultura del Estado de Jalisco, Lourdes Ariadna González Pérez, recordó varias anécdotas de sus visitantes y consideró que la casa de Barragán guarda lo peculiar y la genialidad de un hombre producto de la mezcla de su sencillez, la sofisticación, la aguda mirada, la obsesión por el detalle y también que es un espacio donde cabe el mundo emocional y sensible de un ser que habitó y disfrutó de su tiempo.

En su participación, Luz de Lourdes Herbert Pesquera, directora de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia, hizo notar que es singular la categoría de Patrimonio Moderno en la lista de la Unesco como muestra de los que en nuestro tiempo lleva consigo y abona a la creatividad humana. “Cabe señalar que tan solo 30 sitios han sido inscritos como Patrimonio Moderno en 18 países, de los 1,199 sitios reconocidos hasta este año en la lista de Patrimonio Mundial”.

La casa representa la culminación y síntesis del pensamiento humanista del arquitecto Barragán, construida en 1947. Ese ejemplo de la genialidad del arquitecto concibió una adaptación regional de movimiento moderno internacional en un diseño arquitectónico único.

Dijo que la casa se conserva con gran respeto, incluyendo la estructura, materiales, mobiliario, objetos de arte, jardín y biblioteca originales. Desde su apertura como museo, constituye un espacio al que miles de personas han tenido acceso, un espacio que da cuenta del genio de su creador.

Po ello mismo, consideró “necesario evaluar un plan de gestión y conservación para el inmueble en donde uno de los componentes sean los programas de conservación, formación, difusión y manejo de riesgos, encontrándose en una zona conflictiva en materia urbana, en una zona de alta sismicidad, haciendo énfasis en que la protección incluya a los atributos asociados.

Dicho plan –agregó—debe ser un instrumento normativo que permita a los gestores del bien la toma de decisiones, priorizando estrategias y que de manera detallada establezca las acciones que se requieren para prevenir, mitigar, controlar y corregir posibles impactos negativos y ponderar las fortalezas con que se cuenta.

Al final de la sesión, los participantes coincidieron en hacer votos porque la Casa Luis Barragán siga siendo un referente para la arquitectura mexicana y del mundo entero.

La Casa Estudio Luis Barragán fue inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco el 4 de julio de 2004 en la ciudad de Suzhou, China. La Casa fue el único sitio latinoamericano que quedó integrado en la lista, ya que ese año fue únicamente México el país que dentro de la región presentó algún bien para ser considerado. Las gestiones se realizaron por la dirección de la Casa Estudio Luis Barragán, la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y la oficina de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura por medio de la Dirección de Arquitectura.


El Comité de Patrimonio Mundial, en su vigésima octava sesión, por unanimidad inscribió la Casa Estudio como Patrimonio Mundial por su valor universal al ser una obra maestra dentro del movimiento moderno de la arquitectura, que integra elementos tradicionales del patrimonio vernáculo mediterráneo y mexicano, tanto filosófico como artístico, en una novedosa y excepcional síntesis. La Casa Estudio, construida en 1947, en la zona de Tacubaya en la Ciudad de México, representa el inicio del periodo más creativo de la carrera del arquitecto.

Asimismo, el Comité consideró que la casa es testimonio de un importante intercambio de valores artísticos y estéticos que se desarrolló dentro de la arquitectura en la segunda mitad del siglo XX. La obra de Luis Barragán integra características modernas y tradicionales, además de ser un ejemplo clave para la arquitectura contemporánea mexicana. Ha ejercido una influencia significativa en el desarrollo de la arquitectura y particularmente en la concepción de jardines y paisajes urbanos en el Continente Americano.


Luis Barragán nació en Guadalajara, Jalisco, en 1902 y falleció en la Ciudad de México en 1988. Fue ingeniero por formación académica y autodidacta en arquitectura. En 1925 viaja extensivamente por España y Francia y en 1931 se ubica en París, donde entra en contacto con Le Corbusier. En 1980 recibió el Premio Pritzker (máximo reconocimiento mundial en arquitectura). Entre sus obras se encuentran la Casa González Luna en Guadalajara (1928), los Jardines de El Pedregal (1945 1950), la Cuadra San Cristóbal, en colaboración con Andrés Casillas, (1967-1968); la Capilla del Convento de las Capuchinas Sacramentarias en Tlalpan (1952-1955), las Torres de Satélite, en colaboración con Mathias Goeritz, (1957-1958), la Casa Gilardi (1976) y la Casa Meyer (1978).

A propósito de su casa, Luis Barragán escribió alguna vez: “Mi casa es mi refugio, una pieza emocional de arquitectura, no una pieza fría de conveniencia. Una composición emocional de arquitectura y no una obra utilitaria e insensible".

La Casa Estudio Luis Barragán es copropiedad del gobierno del estado de Jalisco y de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y es visitada diariamente por diversos perfiles de personas interesadas en conocer esta obra maestra de la arquitectura del siglo XX. Para visitarla es necesario realizar su reservación en la página oficial: www.casaluisbarragan.org