TEATRO

LLEGA AL CENTRO CULTURAL DEL BOSQUE, EL MONÓLOGO AUTOFICCIONAL DE SERGIO BLANCO: LA IRA DE NARCISO

Boletín No. 147 - 17 de febrero de 2025
  • Esta puesta en escena de Los Endebles y Teatro en una Cáscara de Nuez contará con una temporada del 13 de febrero al 9 de marzo.

La ira de Narciso es un thriller que entrelaza historias aparentemente inconexas entre un conferencista que disertará sobre el mito de Narciso, sus encuentros con un joven amante al que lleva a su hotel y una investigación que se torna enfermiza para descubrir el origen de las manchas de sangre que descubre en su habitación. Todo esto se convierten en un triángulo explosivo de suspenso, que mantiene al espectador al filo de su asiento y permite que se desplieguen las infinitas posibilidades del juego autoficcional.

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Teatro, junto con Los Endebles y Teatro en una Cáscara de Nuez, presentan la puesta en escena La ira de Narciso, con dramaturgia de Sergio Blanco, dirección de Boris Schoemann e interpretación de Cristian Magaloni.

Este montaje ofrecerá temporada del 13 de febrero al 9 de marzo, los jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas, en el Teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque.

La ira de Narciso es un monólogo que relata la estadía del autor, Sergio Blanco, en la ciudad de Liubliana, con el pretexto de explorar una autoficción que desdibuja las líneas de la realidad y la ficción, proponiendo un juego metateatral que dialoga con el público a partir de una mirada pasional, erótica, obsesiva, intelectual y repleta de humor inquietante y cautivante.

Es una reflexión que gira en torno a la obsesión humana por la verdad y la vida; una indagación al miedo a la muerte y a la ira que habita en todos. Es el recorrido por la vanidad de un autor que lleva hasta sus últimas consecuencias las posibilidades de una escritura que permite todo, o casi todo.

El diseño escénico e iluminación de la obra transportan al público a un universo cambiante que se alterna entre la intimidad de un cuarto de hotel y la artificialidad de una sala de conferencias, utilizando elementos mínimos como alfombras, biombos, una silla, una mesa y una caja de cartón para construir espacios simbólicos que reflejan la dualidad humana entre lo natural y lo social.

La iluminación refuerza esta tensión mediante contrastes entre la calidez de los amaneceres en los Jardines de Tívoli y la frialdad de entornos estructurados, posicionando al personaje como un "animal de exposición" atrapado entre lo íntimo y lo público. La música, que abarca desde Bach hasta Raphael, acompaña el viaje emocional, mientras el vestuario sencillo subraya la conexión entre el intérprete y el autor al que el intérprete da vida. 

La producción está a cargo de Alejandra Ramos, los diseños de espacio e iluminación son de Fernanda García, mientras que la asesoría en vestuario corre a cargo de Pilar Boliver.