ARTES VISUALES

Grandes maestros novohispanos del Museo de San Ignacio de Loyola Vizcaínas dialogan con artistas barrocos europeos

Boletín No. 399 - 12 de abril de 2016

o   La muestra Grandes maestros novohispanos. La colección del Museo de San Ignacio de Loyola Vizcaínas está integrada por más de 30 piezas

o   Será inaugurada el jueves 14 de abril en el Museo Nacional de San Carlos

Con el propósito de mostrar el diálogo que se estableció entre el arte barroco europeo y los artistas novohispanos, el Museo Nacional de San Carlos presentará Grandes maestros novohispanos. La colección del Museo de San Ignacio de Loyola Vizcaínas, exposición que la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, inaugurará el jueves 14 de abril.

Gracias a la voluntad de los actuales directivos del Museo de San Ignacio de Loyola Vizcaínas, quienes con acierto han decidido divulgar la prestigiada colección, cuyas piezas no habían salido de su sede para ser expuestas en un recinto ajeno, se logró materializar esta muestra.

La exhibición está dividida en tres núcleos: Escenas cristianas, Escenas marianas y Santos y mártires, e integrada por piezas de artistas de la talla de José de Ibarra, Juan Correa, Miguel Cabrera, Juan Patricio Morlete Ruiz y Cristóbal de Villalpando, en las que se puede observar la influencia de maestros europeos como Francisco de Zurbarán y Giuseppe Cesari Il Cavalier d´Arpino, algunas de cuyas obras son resguardadas en el acervo del Museo Nacional de San Carlos.

El núcleo de Escenas cristianas está conformado por pinturas que muestran pasajes de la vida de Cristo como símbolo de la redención de pecados –cuando es llevado al sepulcro o despojado de sus vestiduras–, así como la presentación de la Virgen María y el niño en el templo. En Escenas marianas se incluyen imágenes de la Virgen como la madre protectora de los desamparados y los pecadores arrepentidos. Por último, en Santos y mártires el público podrá apreciar, entre otras piezas, Nuestra señora de Belén, atribuida a Bartolomé Esteban Murillo.

El auge del arte barroco en Europa se dio al ser utilizado por la iglesia como una forma de acercarse a los fieles y afianzar de manera contundente los principios de la fe, luego del conflicto de credibilidad que padeció el clero a mediados del siglo XVI, el cual derivó en la pugna entre la Reforma Protestante y la Iglesia Católica. En la Nueva España, el Barroco favoreció la conquista espiritual de los indígenas a través de escenas llenas de dramatismo y fervor religioso.

Las obras que aquí se presentarán revelan la influencia del Barroco europeo difundido en las tierras conquistadas gracias a la llegada de artistas europeos a la Nueva España y a la adquisición de grabados y copias de cuadros de autores como el gran maestro del tenebrismo, Francisco de Zurbarán, y el icono del Barroco sevillano, Bartolomé Esteban Murillo.

Ambos artistas inspiraron el trabajo artístico de algunos pintores novohispanos presentes en las salas, como Juan Rodríguez Juárez, en el tenebrismo, y Miguel Cabrera, pintor de origen oaxaqueño que creó emotivas imágenes de fervor religioso con fuerte inspiración murillista y un gran productor de obras solicitadas por la Iglesia, particularmente por la Compañía de Jesús, para la realización de decoraciones eclesiásticas y cuadros de culto.

El amor a Dios como modo de vida

En el arte barroco dominó el tema religioso durante los siglos XVII y XVIII, cuando la iglesia controlaba casi toda creación artística y era la gran benefactora de los pintores, por lo que todos debían ceñirse rigurosamente a los dictámenes y lineamientos formales del Concilio de Trento, acuerdo que regulaba la expresión plástica y subrayaba como indispensable captar los conceptos de santidad y espiritualidad de acuerdo a los cánones iconográficos, lo que dio como resultado que en el arte novohispano las expresiones de los rostros fueran neutras.

La amplia divulgación por parte de la Compañía de Jesús de la imagen de los santos varones que se encargaron de la predicación de la palabra de Dios sirvieron como ejemplo de vida piadosa e hicieron que Ignacio de Loyola, Luis Gonzaga y Francisco Javier se convirtieran en temas recurrentes en el arte novohispano.

Tenebrismo

El Barroco en la pintura italiana puede ubicarse a finales del siglo XVI con Michelangelo Merisi, también conocido como Caravaggio e iniciador del estilo llamado tenebrismo, que consiste en iluminar una escena oscura solo con un haz de luz muy sutil, con la finalidad de enfatizar algún punto clave del motivo principal, con lo cual se logra crear grandes contrastes y sombras pronunciadas. En algunas composiciones la luz emerge de los cuerpos de los retratados para iluminar toda la escena.

Esta corriente se extendió ampliamente por Europa en los siglos XVII y XVIII y son José de Ribera El Españoleto y Francisco de Zurbarán dos de sus más fuertes representantes en España. El artista sevillano Sebastián López de Arteaga lo introdujo en la Nueva España y muchos de los maestros novohispanos lo manejaron en sus creaciones.

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