ARTES VISUALES

COQUÍN, UNA INVITACIÓN A DESCUBRIR EL INTERÉS DE LA FAMILIA CARRILLO GIL POR EL ARTE PREHISPÁNICO

Boletín No. 457 - 23 de abril de 2025
  • El Dr. Álvar Carrillo Gil y su esposa Carmen Tejero formaron una colección de 321 piezas arqueológicas
  • La artista Minerva Cuevas dedicó esta escultura de gran formato a Carmen Tejero, la cual se mantendrá en exhibición hasta el 25 de mayo

Con cinco metros de altura, Coquín es una representación de la memoria: no solo de la que nos recuerda la importancia del arte prehispánico y de la cultura en general, sino también una más íntima, la de Carmen Tejero. Ella realizó el trabajo necesario para que las colecciones que formó junto con su esposo, Álvar Carrillo Gil, así como el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), perteneciente al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), estuvieran al servicio del pueblo mexicano.

Para realizar esta gran escultura, su creadora, la artista Minerva Cuevas, investigó la colección de 321 piezas arqueológicas reunida por la pareja durante el siglo pasado, que ahora forman parte del Museo Regional de Antropología Palacio Cantón, en la ciudad de Mérida, Yucatán, y charló con una de sus descendientes, Gabriela Sáenz Carrillo.

“Como sabemos, la familia Carrillo Gil formó una de las colecciones más importantes de arte moderno en México, con piezas de David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, entre otros. El MACG ha influido mucho en tantas generaciones de artistas. Su vocación para presentar arte contemporáneo ha tenido un papel fundamental, porque se mantuvo a la vanguardia, no sólo a través de sus exposiciones, también de sus actividades educativas, con talleres de cine y video, cuando apenas se empezaban a usar estos medios”.

Sin embargo, señaló que poco se conocía sobre esta segunda colección, cuyo hallazgo marcó el inicio de su proyecto: “Durante mi investigación en el MACG, descubrí un folleto sobre esta colección, editado por el INBAL hace algunos años. En el recinto, me comentaron que estaba a cargo de Gabriela Sáenz, nieta del matrimonio, quien se mantiene muy atenta al museo. A partir de esto, se coordinó una plática, lo cual fue el inicio”.

Cuevas explicó que fue una gran sorpresa descubrir una segunda vertiente del coleccionismo de la familia Carrillo Gil. Detalló que no todas las piezas son prehispánicas, sino que también está conformada por arte tradicional, principalmente de la zona de Opichén, Yucatán, de donde era oriundo el Dr. Álvar Carrillo, quien incluso hablaba maya. “Detrás de esta colección, hay una defensa del arte mexicano, Álvar Carrillo hizo una defensa para que esta colección se quedara en el país”.

Homenaje a una vocación

Coquín es un homenaje a Carmen Tejero, porque, finalmente, ella era quien llevaba la administración de las colecciones y realizó esa gran labor para que quedaran resguardadas, pero también hizo posible el MACG. En mi charla con Gabriela, reconocíamos ese rol tan importante que tuvo, a pesar de estar fuera de las cámaras y los registros”.

Realizada con metal, policemento y resina, esta escultura da materialidad a la memoria. Por un lado, Coquín —palabra maya que significa “tortolita”— era el apodo cariñoso de Carmen Tejero; por otro, los cinco elementos que la componen remiten al imaginario maya.

“La escultura original, también parte de la colección del museo, es una cerámica de 50 centímetros y tiene ambos brazos extendidos, pero a Coquín la acompañan diversos elementos que remiten a la naturaleza, muy ligada con la mitología maya. La protagonista está parada en una tortuga que representa el inframundo, el conejo es el escribiente encargado de registrar los acontecimientos relacionados con los dioses y seres sobrenaturales, también la acompañan una rana y, con su mano derecha, sostiene un ave”.

La obra estará en exhibición hasta el 25 de mayo en el Museo de Arte Carrillo Gil, ubicado en avenida Revolución 1608, colonia San Ángel, alcaldía Álvaro Obregón, Ciudad de México. Abierto, de martes a domingo, de 10 a 18 horas.