ARTES VISUALES

EL MUSEO DEL PALACIO DE BELLAS ARTES INVITA A DESCUBRIR EL MUNDO ESTÉTICO DE LILIA CARRILLO

Boletín No. 1333 - 28 de octubre de 2025
  • Ofrecerá una visita guiada el 29 de octubre, a las 19 horas, en el marco de la Noche de Museos

Felisa Gross fue el alter ego que Lilia Carrillo (1930-1974) creó para vender obra y obtener recursos económicos al inicio de su carrera. Dibujante, pintora, muralista, ilustradora, diseñadora de textil, vestuario y escenografía para el teatro de vanguardia de Alejandro Jodorowsky, la artista mexicana es protagonista de la exposición Lilia Carrillo, todo es sugerente, que invita al público a sumergirse en su obra y explorar su papel como una de las primeras pintoras abstractas de México.

Abierta al público en el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA), recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), esta retrospectiva es una de las más ambiciosas dedicadas a Carrillo desde su fallecimiento y marca su regreso al recinto de mármol.

El miércoles 29 de octubre, en la Noche de Museos, se ofrecerá una visita guiada acompañada del taller Mundos posibles, que invita al público juvenil a “hacer visible lo invisible” mediante sesiones de dibujo abstracto.

Una de las grandes riquezas de la muestra —además de reunir más de 100 piezas, algunas de las cuales no se presentaban en México desde hace décadas— es permitir a las y los visitantes adentrarse en el mundo evocativo y sugerente de la artista, que aborda temas como la violencia, la contaminación y la ecología.

“Su abstracción no es hermética. Su obra contiene gestos que invitan al público de cualquier edad a relacionarse con ella. Es una obra abierta, donde la autora no construye el sentido total, sino que los espectadores tienen la última palabra”, comenta Daniel Garza, director del MPBA y curador de la exposición.

Dividida en cuatro núcleos, la exposición comienza con “Del realismo a la abstracción”, que presenta obras tempranas de tipo figurativo, como algunos retratos, entre ellos el famoso Autorretrato escolar (1948), así como el dibujo Mi regazo como el de las mujeres estériles (s/f), con el que homenajea y recuerda el estilo de su primer maestro, el pintor Manuel Rodríguez Lozano.

Esa gran habilidad de compresión y asimilación de estilos, también se exhibe en Retrato con león (s/f), que firmó como Felisa Gross, cercano al surrealismo. Asimismo, están dos obras realizadas tras su contacto con las vanguardias europeas (estuvo en Francia entre 1951-1956): Gatos (1955), donde las tonalidades estructuran dos figuras felinas y la relacionan con el simultaneísmo, y Mundo espía mientras alguien a mi voraz observa (1956), su primer acercamiento al abstraccionismo.

El núcleo “Pintora abstracta y artista multidisciplinaria” muestra sus exploraciones técnicas y disciplinares luego de volcarse al abstraccionismo, después de 1957. Los colores y los gestos evocan lo celeste, como en Júbilo neutro (1959), o los elementos, como en Tormenta de fuego (1958). El collage y las telas le permiten experimentar con distintas texturas y efectos, como en Sin título (s/f) de fondo blanco, reconocible por la postal de San Antonio, Texas, y un timbre con el conquistador Juan de Garay, evocando historias, tiempos y memorias. Este núcleo incluye también los diseños de vestuario que creó para la obra teatral La sonata de los espectros, dirigida por Jodorowsky.

El autoritarismo y la guerra se manifiestan en las obras del núcleo “Nuevas imágenes del ser humano y su mundo”, como las ilustraciones que realizó para los relatos de Elena Garro y Rita Murúa, publicadas en Revista de la Universidad y Siempre!, respectivamente, donde el gesto revela la violencia sobre el cuerpo  

Este conjunto también aborda sus representaciones del mundo natural, como en Las mariposas (1967), los paisajes atmosféricos de Otra dimensión (1970), y obras que denuncian el deterioro ecológico, como Contaminación primaveral (1968) y el mural abstracto La ciudad desbordada, contaminación en el aire (1969), realizado para la Exposición Universal de Osaka, Japón, en 1970, y que regresa al MPBA tras casi 50 años.

Finalmente, el núcleo “Últimas obras” reúne las nueve pinturas realizadas entre 1972 y 1974, concebidas con un destino en mente, algunas para el MAM y otras para Rufino Tamayo, quien estaba ideando el actual Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, ambos recintos del INBAL. “Estas obras se caracterizan por un gesto vibrante y dinámico, pero también por un dominio del color blanco”, comenta el curador.  

Lilia Carrillo, todo es sugerente puede visitarse de martes a domingo, de 10 a 18 horas, y permanecerá abierta hasta febrero de 2026. Tras su exhibición en México, las obras viajarán a la American Society de Nueva York y al Museo de Bellas Artes de Houston, donde también se les dedicará exposiciones.