LITERATURA

Carlos Orozco Romero, un paradigma desconocido de la modernidad .

Boletín No. 1069 - 14 de agosto de 2016

Ciudad de México, 14 de agosto de 2016

Boletín núm. 1069

Carlos Orozco Romero, un paradigma desconocido

de la modernidad

o   A 120 años de su natalicio, el artista jalisciense fue recordado en el Palacio de Bellas Artes

o   Las especialistas Ana Sofía Lagunes, Guillermina Guadarrama y Renata Blaisten versaron sobre la vida y obra del uno de los creadores más completos

“Hace falta darle relevancia a la obra de Carlos Orozco Romero”, coincidieron las especialistas Ana Sofía Lagunes, Guillermina Guadarrama y Renata Blaisten, durante la mesa Carlos Orozco Romero. Paradigma en la vanguardia mexicana, que recordó al pintor jalisciense a 120 años de su natalicio.

En dicha actividad académica, que tuvo lugar en el Palacio de Bellas Artes, la investigadora Ana Sofía Lagunes postuló que el artista hizo una severa crítica a la modernidad y a la maquinización del hombre con su óleo El cirquero.

Agregó que Carlos Orozco Romero fue “maestro de otros grandes pintores, un destacado promotor cultural, director del Museo de Arte Moderno y miembro fundador de la Escuela Nacional de Danza, donde enseñó maquillaje, diseño de vestuario y de escenografía. Fue un importante grabador también, todo esto hace al artista más completo”.

De acuerdo con Guillermina Guadarrama, quien habló de los primeros murales que hizo Orozco Romero, aseguró que la falta de conocimiento de su obra se debe a que a él no le gustaba estar en el foco de atención. “No le gustaba estar en los diarios, que a veces les da foco a los artistas, pero además le tocó justo la época en que también estaban trabajando los tres grandes, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco”.

Guadarrama, detalló que Carlos Orozco Romero realizó 22 murales, faceta que “fue muy breve pero muy intensa”. Esta, dijo, fue una “producción artística con una hechura totalmente moderna.

“Concuño de Diego Rivera, amigo de Siqueiros y otros reconocidos artistas, Orozco Romero regresó a Guadalajara, su tierra natal, en 1922 acompañado por su esposa María Marín, donde pintó su primer mural en encáustica, uno de los primeros fuera de la Ciudad de México y el primero en el estado”, destacó.

Este primer mural, sugerido por el mismo Rivera y llamado Alfareros Tonaltecas o Alegoría de Tonalá, pronto inició su proceso de destrucción debido a la mala aplicación de la encáustica. “Él no contó con la misma cantidad de ayudantes que Rivera, ni con el apoyo de la Secretaria de Educación Pública”, comentó Guadarrama.

“En esta obra, Orozco Romero es un híbrido modernista, con una construcción clásica y una temática regionalista. Erróneamente considerado como miembro de la segunda generación de la Escuela Mexicana de Pintura, perteneció a la primera, ligado a sus cánones, pero caminó hacia otras propuestas. Nunca permaneció en una sola línea, estuvo en el cubismo, en la figuración geométrica y el paisaje. Él fue un paradigma de la modernidad”, señaló la especialista Guillermina Guadarrama.

Por su parte, Renata Blaisten hizo un recorrido por la vida y la obra del autor con el material que hoy conserva el Archivo Carlos Orozco Romero de la colección Blaisten, por donación de la hija del artista, y que está conformada por más de dos mil materiales fotográficos y documentos.

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