Llega al Teatro de la Danza el espectáculo infantil El hombre que sólo sabía amar
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Ciudad de México, 21 de septiembre de 2016
Boletín núm. 1258
Llega al Teatro de la Danza el espectáculo infantil El hombre que sólo sabía amar
o Dirigida por Vicente Silva, esta obra podrá disfrutarse los sábados y domingos a las 13:00, del 24 de septiembre al 9 de octubre
o Acerca a los niños a la danza contemporánea, a través de escenas oníricas y lúdicas que estimulan su creatividad, emociones e inteligencia
El Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque abrirá sus puertas al público infantil con el espectáculo El hombre que sólo sabía amar, que acerca a los niños a la danza contemporánea a través de escenas oníricas y lúdicas que estimulan su creatividad, emociones e inteligencia.
Elogiada por la crítica especializada, esta obra, a cargo de Vicente Silva Sanjinés Compañía de Danza, podrá disfrutarse los sábados y domingos a las 13:00, del 24 de septiembre al 9 de octubre.
Entrevistado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, el director Vicente Silva comentó que El hombre que sólo sabía amar “es una obra muy afortunada porque se hizo con mucho cuidado, de ahí la permanencia de la misma. Tiene 16 años, una larga vida para una pieza coreográfica, algo que se debe exactamente a la respuesta del público”.
La hemos bailado en toda la República Mexicana y siempre ha tenido buenas críticas, a la gente le gusta mucho la estructura de la pieza la cual es sólida y contundente, gracias a este binomio es que se ha logrado mantener en cartelera, agregó el coreógrafo.
Dicho montaje, con dirección y coreografía de Vicente Silva, acompañado de la música original de Eduardo González, Gabriela Huerta y Juan Pablo Villa, plantea la historia de un hombre que buscaba a quien amar. Un día encontró a una hermosa pulga con la que establece un romance que parecía perfecto.
Pero como no se trata de una historia con final feliz, el día de la boda, el hombre y la pulga se funden en un beso de amor apasionado, lo que ocasiona que la pequeña pulga termine convertida en una diminuta gota de sangre en la boca del hombre que solo sabía amar.
Silva explicó que es una pieza que a lo largo del tiempo ha tenido algunos cambios en el elenco y la producción. “Poco a poco ha tomado solidez en cuanto a técnica y bailarines. Cada elenco que pasa por la pieza siempre le impregna algo y le deja un mejor sentido a las cosas actorales. Ha sido una pieza evolutiva gracias a la aportación de los elencos que han bailado esta pieza”.
Señaló que se trata de una obra que cuenta además con elementos sencillos, creativos y vistosos que han sido bien utilizados en la escena, como un paracaídas y un papalote construido por Eduardo González, el diseño de vestuario a cargo del propio Vicente Silva, telones y toallas sanitarias para manos con los que se realizan varios efectos. “Con todo esto y a lo largo de 55 minutos logras atrapar el interés cognitivo del niño. En cada escena chicos y adultos van de sorpresa en sorpresa”.
El director consideró que hacer danza infantil fue todo un reto, el cual se originó a partir de su participación en la curaduría de un panel con la programación de toda la República Mexicana del programa Alas y Raíces. “De ahí tuve el interés de hacer algo para niños y quise hacerlo muy bien aprovechando todo lo que había aprendido. Es una pieza que dedique a mis hijas y desde entonces he tenido muchas satisfacciones, la disfruto mucho al bailarla, vestirla, iluminarla, montarla y remontarla. Transportamos a ella la evolución tecnológica que ha habido”.
Y agregó: “Los niños son un público exigente y lo que más me sorprende de ellos es que tienen unas interpretaciones muy personales y acordes al tiempo que viven. De repente ven efectos de iluminación que transforman en espadas, batallas o fondos marinos, cosas muy alucinantes pero que a nosotros nos ayuda a reinterpretar la pieza”.
Los comentarios externados por la crítica especializada sobre El hombre que sólo sabía amar han sido afortunados: “Es uno de esos productos raros hechos con inteligencia y sensibilidad artística y que raramente pueden disfrutar los niños de este país”, dijo Miguel Yedra de La Jornada.
Claudia Aguilar, de La voz de Michoacán, externó que además de ser un cuento contemporáneo, es una obra enteramente visual, donde las imágenes se vuelven corpóreas, mientras que Maricruz Jiménez escribió en La Crónica: “Lejos de una topología predecible, sin hacer ninguna concesión, es decir, sin perder la esencia de su lenguaje, Vicente Silva Sanjinés llega al sentido lúdico de temas tan complejos como la soledad y la necesidad de amor”.
A lo largo de su trayectoria artística Vicente Silva Sanjinés se ha hecho acreedor a múltiples premios y reconocimientos, tales como la Beca Rockefeller-Bancomer, el segundo lugar del Premio Nacional de Danza INBA-UAM y el Premio de Distinción en el Primer Concurso de Corografía Alexander S. Onassis en Atenas, Grecia, entre otros.
Su trabajo coreográfico se ha presentado continuamente en Europa, Nueva York, Centro y Sudamérica así como en los espacios dancísticos del país. Incluso, fue seleccionado por la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Cultura para realizar un proyecto piloto en la cárcel de las Islas Marías, Nayarit donde conformó su singular grupo de danza con presos de alta peligrosidad.
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