MÚSICA

Homenaje póstumo al maestro José Solé

Boletín No. 353 - 22 de marzo de 2017

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  • Con la participación de la comunidad artística y público en general
  • Familiares y compañeros destacarán la vida y obra del director de teatro 
  • El lunes 27 de marzo a las 20:45 en el Teatro Julio Castillo del CCB

La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), rendirá un homenaje póstumo al decano de los directores de teatro en México, el maestro José Solé, el próximo lunes 27 de marzo a las 20:45, en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, en el marco del Día Mundial del Teatro.

Dicho homenaje al artista fallecido el pasado 15 de febrero, a los 87 años de edad, contará con la participación de la comunidad teatral, la comunidad artística en general y el público que aplaudió y siguió cada una de las obras que dirigió a lo largo de más de seis décadas de incansable trabajo del también escenógrafo, diseñador de vestuario y fundador de instituciones culturales.

El acto iniciará con la proyección de un video-semblanza de José Solé (Ciudad de México, 28 de julio de 1929-15 de febrero de 2017), en el que destacados miembros de la comunidad cultural dan su punto de vista acerca de la vida, obra y aportaciones del maestro.

Continuará con un mensaje de la actriz Sofía Zetina Solé, nieta del homenajeado, quien hablará en nombre de la familia y de su experiencia al haber trabajado bajo la dirección de su abuelo; le seguirán palabras de Óscar Narváez, destacado actor y amigo que acompañó a Solé en numerosas puestas en escena con la Compañía Nacional de Teatro.

En la segunda parte del homenaje, la directora general del INBA, doctora Lidia Camacho, dará un mensaje a nombre de las instituciones culturales del país, y finalmente, dos entrañables amigos y compañeros de Solé, la actriz Lilia Aragón y el primer actor Ignacio López Tarso, harán una lectura dramatizada.

José Solé es una referencia obligada en el teatro mexicano contemporáneo. Inició desde muy joven atraído por el teatro de títeres. Estudió actuación, dirección, escenografía y vestuario en la entonces Escuela de Arte Teatral del INBA y formó parte de una generación, la primera, que dejó honda huella en esta disciplina.

Inició en el arte de la actuación en 1946 en el Teatro Estudiantil Autónomo, y en la década de los 50 incursionó en la dirección de escena. Se le considera uno de los directores que más teatro griego llevó al escenario en México, pero también a los autores del Siglo de Oro español, a Shakespeare y Molière, así como los autores mexicanos contemporáneos, además de ópera y teatro infantil.

En el ámbito de la enseñanza e investigación, fue director de la Escuela de Teatro del INBA y titular de la Coordinación Nacional de Teatro del INBA. Desde ahí impulso la creación de la Compañía Nacional de Teatro, la Muestra Nacional de Teatro, el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli y el Centro de Experimentación Teatral, entre otras instituciones.

Asimismo, dio gran impulso a la creación de espacios teatrales desde el proyecto Teatro de la Nación del IMSS. En 2008 se le entregó el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes y la Medalla Bellas Artes. Desde entonces fue Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte, además de recibir diversos reconocimientos internacionales. Se desempeñó también como agregado cultural de la Embajada de México ante la Unión Soviética.

Homenaje a José Solé, una celebración de la vida: Óscar Narváez

A propósito del homenaje que se le rendirá en el Teatro Julio Castillo el próximo lunes 27 de marzo, el actor Óscar Narváez, compañero de trabajo y amigo de José Solé expresó su sentir ante la ausencia del maestro: “Recuérdese el ejercicio de la memoria para ausentar el olvido. Eso nos permite tenerlo presente siempre porque, en mi caso, ha sido muy importante en mi vida profesional y personal, porque me consideró su amigo y es algo que agradeceré toda la vida”.

Óscar Narváez, quien trabajó con Pepe Solé desde la creación de la Compañía Nacional de Teatro, consideró “muy importante el legado de Solé”: Él es el último de nuestros grandes directores de escena. Pero igual de viejo, era moderno; igual de alegre y abierto, porque eso lo hizo muy creativo. Fundó cosas importantes para el teatro mexicano y creó varias instituciones, su legado es de enorme relevancia, además de su gran obra creativa.

“La diferencia de edades entre los dos era como de veintitantos años. Cuando lo conocí en 1975, era yo un joven recién salido de la escuela y tuve la fortuna de trabajar con él en una obra, cuando él era ya ‘el maestro Solé’”, dijo.

Y agregó: “Diría que mi trabajo creativo con él siempre fue un encuentro gozoso, pues con un gran sentido de la sabiduría me permitió ir ampliando el horizonte de mis posibilidades creativas: era un lección de vida cada encuentro con él.

“Y es que, pocos en México conocían los secretos del arte teatral, no solo era el maestro y director de una obra, lo era también de los actores y de los técnicos, del escenógrafo, del vestuarista. Tenía Solé toda la alquimia teatral y era su gran virtud. Pocos, o ninguno, tienen esa gran perspectiva personal y visión del mundo”, consideró Óscar Narváez.

Explicó que a su parecer, Solé era un hombre muy inquieto y tenía una gran capacidad para aprender todos los días; aunque fuera un consagrado, nunca perdió la visión del estudio y del aprendizaje.

“Eso le permitió tener una perspectiva más amplia de las cosas, de la contemporaneidad, y ser fiel al mismo tiempo a su propia estética, pero podía vislumbrar en los jóvenes las capacidades nuevas del teatro. Tenía gran inquietud por el aprendizaje y eso lo comunicó a todos los que trabajamos con él”.

Además, recordó, “se identificaba con los jóvenes y los impulsaba. Esa virtud le llevó a ser un hombre muy querido en el medio teatral”.

Óscar Narváez formó parte de aquella primera Compañía Nacional de Teatro de los años setenta. Con Solé trabajó en obras como Sueño de una noche de veranoAsí en la tierra como en el cieloLa muralla chinaEdipo reyOtelo y muchas otras. “Es el director con el que más trabajé en mi carrera, y convivimos mucho”, reconoció.

Luego exclamó: “Yo sé que él (Solé) tenía muchas ganas de vivir, tenía la virtud del sentido del humor, del sentido común aplicado a la vida diaria y una gran pasión por su carrera. Decía que si no había pasión, no se podría hacer nada en la vida, y él tenía pasión por el teatro”.

Solé compartió tanto con jóvenes y viejos sus conocimientos, agregó Narváez, y por eso creo que hay muchos teatristas mexicanos que podrían continuar su labor, no solo como directores sino también como funcionarios y diplomáticos: “Él hizo mucho para el teatro mexicano, pero también dejó sembrada una semilla que ha de germinar y rendir frutos”.

En cuando al homenaje que se le rendirá en el Teatro Julio Castillo, Narváez expresó: “Debemos pensar que no se trata de un homenaje luctuoso sino de una celebración a la vida de un hombre de teatro y eso es más relevante. Él no hubiera querido un homenaje luctuoso sino que se celebrara su pasión por la vida y por el teatro.

“Qué mejor que sea en el Teatro Julio Castillo. Ahí logró sus mayores éxitos escénicos y ahí en ese espacio nació la Compañía Nacional de Teatro que tanto impulsó y a instancias de él se creó por decreto presidencial en 1977 e inició con La verdad sospechosa. Fue ahí en el entonces Teatro del Bosque, un recinto que tiene su importancia y su relevancia. El Teatro Julio Castillo fue su casa, sin lugar a dudas”.

José Solé, un sabio del teatro mexicano: Sofía Zetina

Sofía Zetina Solé, nieta del homenajeado y egresada de la Escuela Nacional  de Arte Teatral (ENAT), será una de las voceras de esta institución (otro es el actor Miguel Flores, quien da su testimonio a nombre de la ENAT en la video-semblanza). Fue una propuesta de la escuela de donde egresó el maestro Solé para dirigir unas palabras en el homenaje, principalmente por esa relación tan cercana y definitiva, comentó Gabriela Pérez Negrete, directora del plantel.

Sofía Zetina externó que se trata de un homenaje “más que merecido, por todas las aportaciones que hizo al teatro mexicano, desde la puesta en escena como en la creación de instituciones.

“José Solé tenía un gran sentido del humor, una gran plática y el comentario perfecto y oportuno; le caía bien a la gente, no peleaba con nadie, por lo que tenía muy buena relación con todos”.

La actriz confiesa que vivió muchos y muy diferentes momentos con su maestro y abuelo. Por ejemplo, después de acompañarlo muchas veces a sus ensayos cuando yo era niña, dijo, ser dirigida en el escenario por él, pues no es lo mismo. Para mí fue una gran emoción el hecho de que me haya dirigido la primera vez que actúe. En ese aspecto fue muy deslumbrante descubrirlo como director de escena.

En su opinión, lo que distinguía a José Solé era su versatilidad para abordar diferentes aspectos del teatro, desde la actuación hasta la dirección, la escenografía y el vestuario, y no se diga para dirigir proyectos, personas e instituciones.

“Sabía mucho, era un sabio que leía mucho; además, sus constantes viajes le dieron una cultura muy amplia y una sabiduría que siempre puso a disposición de las artes, de la promoción cultural, de los jóvenes, de todos sus amigos, para bien de nuestro país, porque ahí están las instituciones que creó y que son un legado muy importante para el teatro en México”, destacó Zetina Solé.

Y agregó: Mi abuelo manejó desde el teatro de títeres, hasta los grandes autores universales, siempre con gran maestría; le eran propios la ópera, el drama, la comedia, el vodevil, los clásicos, los griegos, el Siglo de Oro español y el teatro mexicano. Todos eran de su dominio.

“Es un pilar del teatro mexicano. Su trayectoria, desde que egresó de la ENAT, lo hacen un referente obligado en la cultura en general, no solamente en el teatro. Siempre fue generoso y creo que esa es su principal característica. Seguirá siendo un pilar del teatro mexicano por muchos años”, concluyó Sofía Zetina.

Solé y la parte más entrañable de la historia del país: Pérez Negrete

Por su parte, Gabriela Pérez Negrete, directora de la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA, aseguró que, en principio, José Solé fue un hombre excepcional del quehacer teatral mexicano, cuya contribución a las artes, desde la actuación hasta la promoción cultural, ha sido piedra fundamental para el país, pero en especial para la ENAT.

“Tuvo mucho contacto con nuestra escuela --su escuela--, y creó una línea en el tiempo que marca el camino seguido por la institución y sus alumnos. Es un pilar de la ENAT, porque, además, fue parte de una generación de egresados que desarrollaron carreras deslumbrantes y aun así nunca se olvidaron de su alma mater”, reconoció Pérez Negrete.

De tal forma que –prosiguió-- nuestros más recientes egresados tienen presente en la memoria al maestro Solé, yo en especial y mi generación completa también: referencia obligada que no solamente es académica sino que es realmente el corazón de nuestro teatro mexicano.

“Marcó el camino de la ENAT. Fue alumno y luego su director, pero además de todo ello fue una persona que participó en la divulgación de nuestro teatro a nivel internacional al haber ganado reconocimientos en otros países, muy merecidos, y dio a conocer a nuestros teatristas.

“Fue impulsor de generaciones enteras de la escuela, de sus maestros y de sus alumnos, y propiciaba que otros grandes artistas se vincularan con nuestra escuela”, dijo Gabriela Pérez Negrete.

Y concluyó: “Destacar solamente que Solé fue un impulsor de las artes, agregado cultural, actor, director, escenógrafo y dramaturgo: una figura que hizo una línea en el tiempo importante para el teatro mexicano. Cuando la biografía de Solé sea revisada, estaremos revisando una gran parte de la historia del teatro mexicano, de la parte más noble y entrañable de la historia de nuestro propio país”.

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