Me he preocupado por hacer un teatro que tenga un sentido social y calidad artística: José Caballero

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- Por sus aportaciones al arte y la cultura del país, el director de escena recibirá la Medalla Bellas Artes
- Se reconoce una trayectoria dedicada al teatro mexicano de calidad, dice el también dramaturgo, traductor y promotor cultural
- Ceremonia, el lunes 23 de octubre en la Sala Manuel M. Ponce del PBA
“Me llena de alegría y, al mismo tiempo, de gratitud, que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) tenga este gesto de reconocimiento al trabajo que hago desde hace más de 50 años. Me da muchos ánimos para seguir trabajando en el arte teatral, que a fin de cuentas es lo que amo en esta vida. Estoy muy agradecido con el Instituto y con los jurados que me tomaron en cuenta”.
Así se expresó el director de escena, dramaturgo y pedagogo José Caballero, quien, por sus contribuciones al arte y la cultura de México, recibirá la Medalla Bellas Artes el lunes 23 de octubre a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
“El INBA ha sido como mi casa, junto con la UNAM, donde me formé. Gracias al maestro José Solé, a quien en este momento recuerdo con un enorme cariño y gratitud, pues fue él el primero que me llevó a colaborar en esta institución, con la Compañía Nacional de Teatro cuando la dirigía el maestro Luis Gimeno.
Después también tuve, por parte de la Escuela Nacional de Arte Teatral, un llamado para dirigir alguna de sus generaciones, y desde entonces de una u otra manera siempre he estado cerca del INBA, porque mi interés fundamentalmente ha sido el teatro cultural, el teatro que contribuya a la formación sentimental y a la conciencia del público. Ahí me siento como en casa y me llena de un enorme gusto y de gratitud”, afirmó.
José Caballero forma parte de una generación intermedia dentro del teatro mexicano contemporáneo. “Alguna vez, hace muchos años, Alejandro Luna me dijo, tú estás como en medio del sándwich, una generación que ha sido como un puente generacional. Empecé muy joven en la UNAM, de la mano de una generación encabezada por Héctor Mendoza, a la que pertenecían también Julio Castillo, Luis de Tavira y de alguna manera muy cercana, Juan José Gurrola y Ludwik Margules, entre otros.
“Es una generación que le dio más fuerza y aliento, una nueva visión al teatro mexicano contemporáneo, sobre todo una vital importancia a la puesta en escena como lenguaje fundamental del teatro, no el teatro visto como dramaturgia o literatura sino como puesta en escena. A mí me tocó ciertamente crecer con ellos”.
El teatro como conciencia solidaria
Cuestionado acerca del futuro del teatro mexicano, José Caballero señaló: “Más que el futuro, yo veo el presente, y lo veo sumamente rico y complejo, pues están cambiando de una manera vertiginosa los modos de producción.
“Yo estoy muy interesado en eso que está pasando. De hecho, he tenido que aprender esas nuevas vías, porque, como he dicho, Bellas Artes es más que nada mi casa y he estado acostumbrado a una forma de producir que se ha modificado fundamentalmente ahí, y de ahí es donde han surgido muchos jóvenes talentosos en nuestro presente teatral.
“Es justo decir que nuestro teatro se mueve con más frecuencia y con mayor facilidad hacia otros países, como no sucedía antes, mucho más en el nivel de la dramaturgia donde, lógicamente, es mucho más fácil que viaje un texto, que se traduzca, a que viaje toda una puesta en escena. Estamos en un momento con muchos movimientos renovadores a varios niveles y eso nos da esperanza para el futuro”.
Destacó que en el teatro contemporáneo mexicano también hay un respeto por una tradición que sigue sosteniéndose en lo que es esencialmente el teatro nacional, los buenos textos propios, buenas traducciones de obras extranjeras, una buena actuación y una buena puesta en escena, que tiene una claridad conceptual, que tiene cosas que decir al público para contribuir al desarrollo de nuestra sociedad, sobre todo en estos momentos que atravesamos que nos tienen tan sacudidos, y pues el teatro es una forma de proporcionar diversión, pero sobre todo de crear una conciencia solidaria.
Caballero afirmó que su trabajo en el arte escénico va más allá de las generaciones. “Cuando empecé, a los 17 años, mi mayor cercanía fue con Luis de Tavira, pero también recuerdo el trabajo de una generación a la que pertenecen, de alguna manera, Salvador Garcini, Raúl Zermeño, Marta Luna, Jesusa Rodríguez, Antonio Serrano, y luego otros más jóvenes como Raúl Quintanilla, Mario Espinosa, David Olguín y Enrique Singer.
“Siento una gran identificación también con aquellos que siempre han tenido una preocupación constante por el trabajo del actor, la dirección de actores, la consecución de la buena actuación, empezando por Mendoza, Margules, mi propia generación y las posteriores”.
El teatro será siempre fantástico
--¿Por qué cree que se le reconoce con la Medalla Bellas Artes?
Principalmente, porque son generosos, y luego yo creo por un trabajo en el que he estado: el enfocado al teatro cultural, de calidad, basado en la puesta en escena, en la dramaturgia mexicana, aunque no ha sido la única.
Para mí ha sido una preocupación constante trabajar con autores como Mendoza, Luisa Josefina Hernández, Juan Tovar, Sabina Berman, Ximena Escalante, Víctor Hugo Rascón Banda y ahora con las nuevas generaciones como Conchi León --con quien estoy a punto de estrenar una nueva producción--; una preocupación por hacer un teatro que tenga un sentido social y calidad artística. Yo espero que sea eso.
“Y me complace que todo este tiempo he estado trabajando en la formación de actores, he sido una persona dedicada a la pedagogía y me llena de alegría que de alguna manera sea reconocido por eso por el INBA, con la Medalla Bellas Artes”.
-- Cómo decía Enrique Alonso, ¿sigue siendo el teatro fantástico?
Yo creo que sí, en muchos buenos sentidos. Y es algo curioso. Cuando era niño veía sus producciones en la televisión, cuando después empecé a trabajar mi primera obra fuera de la Universidad, recibí apoyo de él, justo cuando estábamos en el Sindicato de Actores Independientes, allá en el Teatro Coyoacán.
“Yo reestrené ese teatro con La ginecomaquia de Hugo Hiriart. Como no había equipo sonoro, Enrique Alonso fue quien nos facilitó equipo y nos acompañaba en las funciones. Fue un gran actor y productor. Y, sí, para mí, el teatro será siempre fantástico”.
José Teodoro Caballero Betanzo (Ciudad de México, 1955) ha dirigido más de 80 puestas en escena para el teatro y la ópera. A la par, se ha desempeñado como formador de nuevas generaciones de actores y directores en las principales escuelas del país. También es dramaturgo, traductor de piezas teatrales, cuentos y novelas del inglés, francés e italiano, y ha incursionado en el diseño de escenografía.
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