LITERATURA

Con un texto de Hernán Lara Zavala, Óscar Narváez participará dentro del programa Leo…luego existo

Boletín No. 198 - 23 de febrero de 2018

·El domingo 25 de febrero, al mediodía, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Entrada libre

“Los libros permiten desarrollar nuestra imaginación e intelecto, pero sobre todo, nos mueven el corazón, el alma y la razón”, aseveró el actor Óscar Narváez, quien leerá en voz alta fragmentos del libro El guante negro y otros cuentos, acompañado del autor Hernán Lara Zavala, como parte del ciclo Leo…luego existo. La cita es el domingo 25 de febrero, a las 12:00, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Entrada gratuita.

Señaló en entrevista que celebra que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) implemente este tipo de programas de fomento a la lectura porque incitará a que los jóvenes, principalmente, recurran a los libros, no sólo para cultivar sus capacidades intelectuales, sino también para normar sus propios criterios.  

El actor, quien ha participado en más de 70 puestas teatrales, apuntó que tiene la suerte de trabajar desde hace muchos años en ese programa del INBA. “Siempre me ha resultado una experiencia gratificante, ya que me llena de satisfacciones. Creo que el actor es, en muchos sentidos, un servidor social, lo que nos permite acercarnos a la gente, a los jóvenes, para que en la medida de lo posible desarrollen su interior”, aseguró.

Narváez dijo que la lectura le apasiona, más allá de que su condición de actor lo haya obligado a leer diferentes libros. Sostuvo que forman parte de su vida cotidiana, por lo que aún recuerda sus primeros acercamientos a ellos.

“El primer libro que yo recuerdo haber leído fue Moby Dick (de Herman Melville), una aventura verdaderamente apasionante. Los libros, en general, nos ayudan a que nuestra imaginación se desborde, y eso mismo me sucedió con esa novela sobre una ballena blanca. Los libros hacen que tengas la capacidad de poder ayudar a construir todo un mundo alrededor”, señaló el actor quien fue dirigido por Julio Castillo, José Solé, entre muchos otros.

Indicó que “como estamos en la época de la inmediatez, los jóvenes quieren resolver todo de un día para otro, pero no han reflexionado en torno a las posibilidades que nos da un libro, al permitirnos tener un desarrollo a largo plazo, que no tiene fin y que nos lleva a construirnos a nosotros mismos todos los días”.

Al contrario de otros instrumentos tecnológicos, el libro, señaló Narváez, “es un buen consejero, un buen amigo que nos proporciona sabiduría, conocimiento y nos da la oportunidad de crecer diariamente”.

A todos aquellos que no les gusta la lectura, les recomendaría adentrarse a este mundo por medio de los grandes autores de literatura universal.

Reconoció que le fascina la lectura luego de indicar que dos de sus libros de cabecera, porque le proporcionaron la manera de conocerse un poco más, son: Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar y Nostalgia de la muerte de Xavier Villaurrutia, “un libro hermosísimo”, acotó.   

Narváez señaló que también le gustan los dramaturgos clásicos. “Acudir a ellos sirve para conocer nuestro idioma, cuya riqueza es impresionante. Todo está en los clásicos: Lope, Calderón, Cervantes, Alarcón, Sor Juana. Ellos nos dan la dimensión de un mundo de lenguaje que, para la inmediatez actual, seguramente sorprenderá a muchos jóvenes”.

El mundo de la lengua, aseguró el actor de la Compañía Nacional de Teatro del INBA, abre muchas posibilidades y caminos debido a que se trata de un ser vivo que crece todos los días y nos proporciona conocimiento sin límites.  

Finalmente afirmó: “Yo no me concibo a mí mismo, tanto personal como profesionalmente, sin la lectura y sin los libros. En ellos están todas las cosas que busco para poder ser un buen artista y crear mundos. No olvidemos que el teatro es el espejo de la vida, lo que sucede en el escenario de un teatro es el reflejo de la vida misma” concluyó.

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