Con una mesa de reflexión, el INBA recordará el legado del arquitecto José Luis Benlliure
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- Participarán los especialistas Enrique Lastra, José María Bilbao, Lourdes Cruz González Franco y Dolores Martínez Orralde, como moderadora
- Este jueves 15 de marzo a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes
El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), por medio de la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble (DACPAI), recordará a uno de los protagonistas de la arquitectura mexicana del siglo XX con la mesa de reflexión José Luis Benlliure. In memoriam 1928-1994, que se llevará a cabo este jueves 15 de marzo a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.
En esta actividad participarán los especialistas Enrique Lastra, José María Bilbao y Lourdes Cruz González Franco. Dolores Martínez Orralde, titular de la DACPAI, será la moderadora.
Entrevistado por el INBA, el arquitecto Enrique Lastra comentó que José Luis Benlliure es recordado por sus alumnos y colegas como un creador de proyectos que hoy se reconocen como íconos de la civilidad arquitectónica, entre ellos el Conjunto Aristos y la Basílica de Guadalupe; como un maestro comprometido, un hombre de gran creatividad y un curioso de las tradiciones, la historia y la cultura.
“Fue un personaje singular que llegó a México con once años, exiliado de la Guerra Civil española y que depositó en nuestro país todo su talento. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando en el país empezaron a confluir muchas visiones dentro de la arquitectura, materiales y tecnologías, algunas de ellas cuestionadas hoy en día, José Luis Benlliure, como pocos, fue un atentísimo observador, respetuoso del lugar que intervenía con su obra, cuidadoso de la identidad del sitio”.
Aseguró que Benlliure era “sumamente culto, le interesaba la historia, las tradiciones y el arte. Fue la tercera generación de una familia de artistas: su abuelo era escultor, su padre pintor y arquitecto, él mismo tuvo gran vocación por las artes plásticas. Por eso había una profunda reflexión atrás de cada proyecto que planteaba”.
Enrique Lastra subrayó además que “su talento era tal, que desde el inicio de su carrera en la Academia de San Carlos empezó a trabajar en los talleres junto a los hombres que estaban haciendo la arquitectura del país, como Enrique del Moral, Enrique Yáñez, Félix Candela, Enrique de la Mora y José Villagrán, justo cuando el entonces Distrito Federal se convirtió en una metrópoli.
“En ese momento, en el que empiezan los grandes proyectos, él temía que esas grandes expresiones modernas falsearan la identidad de nuestra ciudad. Él tomaba en cuenta todas las implicaciones culturales, artísticas, históricas y urbanas del contexto. No planteaba sus proyectos como entes aislados, sino que los trataba de manera armónica con el entorno, un aspecto que es ignorado en la arquitectura actual.
“Un ejemplo de ello –agregó-- es el Conjunto Aristos de la Ciudad de México, uno de los proyectos arquitectónicos más cívicos que conozco, que no se posa de manera impertinente y dialoga con la ciudad, con sus habitantes y con el entorno. Son obras que nos siguen mostrando nuevas posibilidades para la arquitectura mexicana”.
Y añadió: “Fue un creador tan intenso que dejó en el tintero muchos proyectos, porque pensaba que la calidad era mejor que la cantidad. Era un convencido de que valía más la pena dejar dos o tres obras bien hechas a llenar la ciudad de construcciones, lo cual es una mejor aportación a la cultura humana y al resto de los habitantes de la ciudad”.
El arquitecto Enrique Lastra señaló que durante la mesa de reflexión destacará el quehacer de José Luis Benlliure como catedrático y artista plástico. “Él tuvo como motor difundir la belleza. Fue alguien que no nació siendo arquitecto, pero sí artista, y fue la manera en que vivió y entabló sus relaciones. Como maestro, no solo capacitaba a sus alumnos, sino que brindaba ejemplos. Quizá todo esto fue una de las herencias más fuertes que dejó entre sus alumnos, con quienes se relacionaba de forma muy incluyente y equitativa, absolutamente entre pares”.
En esa misma mesa, la doctora Lourdes Cruz González Franco, coordinadora del Archivo de Arquitectos Mexicanos de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, hablará sobre el acervo que fue donado a esa instancia por la familia Benlliure en 2009. “Es un acervo que no se ha investigado lo suficiente. Nos hemos dedicado a difundirlo, pero faltan investigadores que profundicen. Aunque sí hay publicaciones, son una mirada muy general”.
La especialista compartió que se trata de “un acervo bien catalogado y preservado, con muchos aspectos inéditos por descubrir sobre el quehacer del arquitecto Benlliure, porque sus intereses fueron tan amplios que para hablar de él hay que desmenuzarlo”.
Explicó que el archivo está compuesto por fotografías, documentos, planos, dibujos, revistas, apuntes de sus clases y correspondencias. “En la mesa, decantaré mi participación a su trabajo en el terreno del dibujo, donde hay mucho material inédito y es una de sus facetas poco conocidas. Era un excelente pintor y dibujante, incluso caricaturista. Su capacidad de síntesis era tal, que podía expresar un proyecto completo con solo unos cuantos dibujos”.
Y concluyó: “Es un personaje que todavía falta por explorar. Solo hay que recordar que la galería de la Facultad lleva su nombre”.
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